Alien Jesus
1 Peter 1:1, 2:4-5, 10 (NASB)
“Peter, an apostle of Jesus Christ, to those who reside as aliens… Coming to Him as to a living stone which has been rejected by men, but is choice and precious in the sight of God, you also, as living stones, are being built up as a spiritual house for a holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices acceptable to God through Jesus Christ… You once were not a people, but now you are the people of God.”
The US government assigns the title “alien” to any immigrant within its borders, whether through an official number or an unoffical title. Alien is also the word used for extraterrestial non-human creatures. This title reveals two things. First, the power an empire like the United States has to strip people of their humanity. Second, the rejection of immigrants at the fundamental level of language, a rejection extending into all systems, makes it impossible for immigrant integration into society.
This power and rejection is directly challenged by God’s kingdom as seen in 1 Peter. Christians believe God’s kingdom has been inaugurated and is made possible by a rejected man. Jesus, like those named “aliens” by the US government, was rejected by the empire of his day. But he was chosen and precious in the sight of God. Similarly, those designated “alien” are precious in God’s sight.
In Jesus we see revealed absolute solidarity with “aliens”. Thus Jesus’ solidarity is the basis of Christian solidarity. As Christ was rejected with the rejected, Christians stand with the rejected and become rejected as well.
And it is also through Jesus that immigrants become more than the name given by empires. In Christ the possibility exists to become a holy, royal, people of God. The most significant kind of integration is integration into Christ’s body.
The most significant solidarity with immigrants is solidarity through Christ’s body. Here we become God’s people in a world that seeks to strip immigrants of humanity and make them aliens. Integrated to Christ’s body immigrant and non-immigrant together become “choice and precious in the sight of God, living stones, being built up as a spiritual house for a holy priesthood, to offer up spiritual sacrifices acceptable to God.”
Frank Scoffield Nellessen is a first generation Guatemalan immigrant who is currently obtaining his Masters in Divinity from Fuller Theological Seminary.
Devocional en Español:
LECTURA: GEN 15:12-14 (DHH)
“12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. 13 Entonces el Señor le dijo:Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años. Pero yo también castigaré a la nación que va a hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas.”
UN MAÑANA EN EL REINO DE JESÚS
Un buen día, hace casi treinta años, mi madre me sorprendió con una noticia: “lo he pensado bien, le he rezado a la virgencita, nos vamos para los Estados, para que tengas un mañana y para reunificar a la familia, ya que tu padre vive allá”. Ahora me imagino a mi madre con la misma postura de un Abram pensando en el futuro de sus hijos/as y hablando con Dios (y su Virgencita) llena de temor, ansiedad y a la vez de esperanza por un mañana. Ante la gran penumbra económica, política y laboral que rodeaba a su familia, mi madre llegó a la conclusión que: “cueste lo que cueste vale la pena pelear por un mañana para sus hijos/as”. Mi madre sabía las luchas que le esperarían en los Estados porque ella ya había emigrado una vez a mediados de los 1960’s, a la ciudad de Nueva Jersey. Sin embargo, por razones de salud había tenido que regresarse a su país natal para dar a luz a un niño que cargaba en su vientre por ocho meses (imagínense quien era ?).
Abram y Sara al igual que mi madre y millones de inmigrantes han pensado de manera similar: que vale la pena cualquier sacrificio para darles un mañana a sus hijos/as. Quizás la pregunta apremiante y compleja es: ¿por qué hay que venir a los Estados para dar un mañana a los hijos/as?¿Por qué no se les puede dar “el mismo mañana” en el sur? En el caso de la república de Honduras, tierra natal de nuestra familia, se podría contestar esta pregunta aludiendo al termino “república del banano”. Ahí nace el nombre a principios de 1900’s por medio de una novela escrita por un escritor del Norte de Carolina y ahí (ahora sin ficción) se manifiesta la conducta más característica de lo que ha significado “banana republic”; una nación dominada por las economías e intervenciones militares estadounidenses y por la corrupción política de las élites gobernantes nacionales. La narrativa de nuestra familia ilustra atinadamente lo que Juan Gonzalez documenta en su libro Harvest of Empire. Muchos inmigrantes viajan al norte por los mismos conductos construidos por las compañías transnacionales inmorales del norte; viajan como una cosecha del imperio.Sin embargo, ya estando en los Estados algo sorprendente ha venido ocurriendo: la cosecha del imperio se ha venido transformando en cosecha del reino de Jesús avivando el tejido religioso en declive en nuestra nación estadounidense. El sueño americano deformado en pesadilla para muchos inmigrantes, en las manos de Dios, se ha venido convirtiendo en el sueño del reino de amor y justicia de Jesús. El Dios de Abraham, Isaac y Jacob es YHWH, Dios liberador.
¡Optemos por un mañana en el Reino de amor y justicia!
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Rev. Oscar García-Johnson, PhD
Facultad del Seminario Teológico Fuller
Miembro de “Comunidad Sin Fronteras”, Glendale, CA.
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Point Loma, San Diego, USA