Human Trafficking
Migrant God, today we recognize that you have spoken through dreams to remind your people what your will is and to beckon us back to you. So today we boldly declare that we continue to dream.
Seguimos Soñando
For a world in which we respond to others in acknowledgement of their imago dei.
Seguimos Soñando
That those caught in the evil cycles of abuse and dehumanization be freed the chains that entangle their hearts, actions and minds.
Seguimos Soñando
For immigration reform.
Seguimos Soñando
That the church move from its current state of apathy and engage in welcoming the stranger.
Seguimos Soñando
That the bodies of my hermanas who have been innocently taken and dehumanized be restored through the power of your Holy Spirit.
Seguimos Soñando
That you shine light into the ways in which we have been complicit with the evils of injustice.
Seguimos Soñando
That we may reflect a community of followers of your kingdom of shalom.
We boldly pray for you, oh God, and have declared that you have begun the work and will be faithful to complete it (Philippians 1:6). God of justice, in your name we pray. AMEN
Jennifer A. Guerra Aldana is the Associate Pastor of La Fuente Ministries at Pasadena, First Church of the Nazarene.
Devocional en Español:
LECTURA: GEN 12:1b (NTV)Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré…
CAMINANTE NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL ANDAR
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
(Antonio Machado, poeta español)
Wayfarer, the only way
Is your footprints and no other.
Wayfarer, there is no way.
Make your way by going farther.
By going farther, make your way
Till looking back at where you’ve wandered,
You look back on that path you may
Not set foot on from now onward.
Wayfarer, there is no way;
Only wake-trails on the waters
(English translation)
¿De dónde eres? Esta es una de las preguntas más difíciles de contestar para una persona inmigrante que ha perdido su tierra, su gente, su historia, su ciudadanía y muchas veces aun su dignidad humana al cruzar las fronteras del norte. No que uno como inmigrante haya renunciado a todo esto. Es que al cruzar las fronteras geopolíticas y culturales en nuestro país norteamericano, la persona del inmigrante sufre una serie de transformaciones que pueden fácilmente deforman su identidad y valor humano. Si uno no es consciente de estas vertientes ideológicas predominantes en nuestra cultura estadounidense en crisis de identidad, entonces, uno puede ser arrastrado ya sea por un “asimilacionismo anglo-americano” que busca drenar todo contenido sociocultural original del inmigrante o por un “esencialismo nacionalista” latinoamericano obstinado que resiste la adaptación y el intercambio cultural necesario para hacer vida en una nueva sociedad estadounidense cambiante. Es interesante ver la respuesta que un inmigrante da el primer año después de su llegada y luego diez y veinte años más tarde.
Yo en lo personal me he visto en la necesidad de desarrollar toda una estrategia cultural de auto-presentación. Cuando me preguntan ¿de dónde eres? hago una pequeña pausa. Veo a la persona a los ojos. Le pregunto ¿tienes tiempo? Usualmente la persona se sorprende (si es que no está acostumbrada a tal respuesta) o se sonríe, si tiene mi misma estrategia. Entonces digo: nací en Honduras y soy latino. Ahí comienza o termina un diálogo. En fin, mi hondureñidad es mi memoria histórica. Mi latinidad es mi ubicación transfronteriza, política y teológica. Ambas realidades habitan en mi. Por ello la metáfora de un caminante peregrino en el exilio de la vida cotidiana americana (como lo representa el poema de Antonio Machado) me describen y me ayudan a ver a Abram y Sarai como una familia inmigrante que no tiene caminos hechos sino que se les encomienda la tarea de ser “abre-caminos” y así forjar las bases para la construcción de una comunidad y una nación que nunca debe olvidar su génesis inmigrante, sus procesos de perdida y reconstrucción de identidades y su responsabilidad de bendecir a las naciones y pueblos del mundo, de herman@ a herman@, de igual a igual, nunca viéndose como la madre cultural emancipada sino como el pueblo de Dios en continuo peregrinaje. Abrahám y Sarah prosiguieron, por la fe, como peregrinos “hacia la tierra prometida”, como extranjeros, lo mismo que sus hijos. Así lo entiende el escritor a Hebreos (12:9).
Cuando una cultura mayoritaria como la nuestra se ve como adulta y emancipada, ésta, naturalmente, espera que las otras culturas y gentes del mundo la imiten y la sirvan.
No hay caminos justos aun. Se hace camino al andar.
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Rev. Oscar García-Johnson, PhD
Facultad del Seminario Teológico Fuller
Miembro de “Comunidad Sin Fronteras”, Glendale, CA.
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City of Imperial Beach, USA