Esta lección te guiará en algunas sugerencias útiles para realizar una mejor práctica de reconciliación en tu vecindario o comunidad.
Antes de esto, es importante entender algunos posibles desafíos del camino. En un blog publicado en 2013, en respuesta a la frustrante experiencia en una lectura pública de una “disculpa dirigida a los indios nativos de los Estados Unidos”, por el Department of Defense Appropriations Act, en el año 2010, Mark Charles escribió:
“La reconciliación nunca es fácil, por lo cual nunca sucede frecuentemente. La reconciliación no es algo que marcamos o tachamos en una lista de pendientes. No es un solo evento encapsulado en un momento en el tiempo. La reconciliación empieza con una conversación y termina con una relación restaurada”.
Su advertencia es un recordatorio para todos nosotros de que el contexto subyacente y el significado de una disculpa son cruciales. Una disculpa puede contener las palabras correctas, tales como: “arrepentimiento”, o en otros casos, “lo siento” y “por favor, perdóname”. No obstante, en el contexto de una disculpa (o en la percepción de aquellos que están recibiendo la disculpa), si ésta es irrespetuosa, deshonesta, autoprotectora, o mera palabrería o si aquellos que están ofreciendo la disculpa no están tomando responsabilidad de los actos (o tal vez, no comprenden el lamento del otro), las palabras tienden a tener poco significado.
Cada contexto y cada experiencia de daño o herida, requiere una sincera validación y una cuidadosa consideración. Por eso es preciso hacer espacios y detenerse para escuchar cuidadosamente a cada persona o grupo, dando el debido reconocimiento y respeto a aquellos que han sido dañados, ya sea que haya sido en formas que podamos entender, o en formas que verdaderamente no seamos capaz de entender. Así que debemos de tomar los pasos necesarios para construir una relación de confianza y prepararnos para sostener incontables conversaciones que llevarán largo tiempo.
Por favor lee las siguientes acciones que sugerimos. Al leer, fíjate en las ideas y prácticas que comienzan a surgir desde tu propio contexto y que te ayudarán a formar un plan para abordar el proceso de reconciliación.
Identificación de los Pasos y Acciones:
Toma tiempo para orar y reflexionar, permite que el Espíritu de Dios hable a tus pensamientos. Piensa en cómo podrías involucrarte (individual o colectivamente) en las siguientes prácticas con tus vecinos o líderes de la comunidad:
- Haz una lista de cualquier muro de división entre ti y Dios que venga a tu mente.
- Haz una lista de cualquier muro de división existente entre ti y alguien que el Espíritu Santo traiga a tu mente.
- Haz una lista de cualquier muro de división existente entre tu vecindario o tu comunidad que venga a tu mente.
- Toma las listas que has hecho y elabora un plan con fechas, tiempos, lugares y otros detalles específicos. Sé explícito con los pasos que necesitas tomar para empezar el proceso de lamento acerca de lo que está mal, roto o quebrantado. Sé intencional con aquello que te llevará a experimentar una verdadera reconciliación en tu vida y en tu vecindario. Conversa acerca de tu deseo con otros. Pregúntales si estarían dispuestos a unirse contigo o sí podrían acompañarte estando al pendiente de que tomes esos pasos.
El siguiente curso te introducirá a la práctica de redistribución de CCD, pero primero permítenos evaluarte respondiendo a las siguientes preguntas. Una vez que hayas terminado, puedes continuar con el siguiente curso.