En esta práctica, la meta es compartir herramientas útiles para escuchar a la comunidad. También te daremos ideas de cómo involucrar a los residentes de tu comunidad al cultivar la visión, los recursos, las necesidades y oportunidades que ya están presentes dentro de la comunidad. Escuchar y aprender de los residentes y todos los que estén involucrados en la comunidad es esencial para desarrollar la confianza, el respeto mutuo y la solidaridad.
Escuchar a la comunidad implica una postura de empatía y aprendizaje. Otro aspecto de esta práctica es simplemente sentarse con la gente y escucharlos hablar de sus afanes y problemas sin dar palabras ni hacer nada.
Ya sea que seas un(a) residente nuevo(a) en tu comunidad, que acabes de regresar después de haber estado lejos por un tiempo, o que hayas vivido en el vecindario o barrio desde que naciste, el cultivar la capacidad de abrir tus oídos y cerrar la boca para que realmente puedas escuchar a otros es vital a la práctica de escuchar a la comunidad de CCD.
La historia de CCD demuestra fundamentalmente que los residentes locales están en la mejor posición de saber cuáles son las soluciones a los retos de la comunidad. Escuchamos a través de conversaciones intencionales, encuestas, mapeo de recursos y las reuniones de la comunidad. Cuando la conversación inicia con el tema de los recursos, la comunidad se da cuenta que ya hay muchos recursos disponibles dentro de la comunidad. Los recursos o bienes que hacen falta pueden identificarse y buscarse en colaboraciones externas que cubran dichas necesidades. Una vez que la comunidad entiende sus propios recursos y necesidades, la comunidad misma toma posesión para guiar su propia visión. Como practicantes de CCD creemos que cada miembro de la comunidad tiene algo que aportar a la conversación, independientemente de su posición económica, edad, género, raza, capacidad mental o empleo.
Escuchar a la comunidad significa poner atención a la dirección, opiniones, sabiduría, e historias del contexto local desde el punto de vista de los individuos, familias, asociaciones, instituciones y demás grupos del vecindario. ¡El factor crucial es que los residentes locales sean verdaderamente escuchados y pueden sentirse seguros de que lo que han expresado realmente importa!
La siguiente lección ofrece una breve introducción a las bases bíblicas de la práctica de escuchar a la comunidad.