Aquí, examinaremos las bases bíblicas de reubicación o mudanza y exploraremos algunos ejemplos presentados en el Antiguo y Nuevo Testamento. También incluimos lecturas complementarias que desafían algunas interpretaciones de los textos bíblicos presentados en ambos testamentos. Así mismo, incluimos lecturas complementarias que provocan algunas interpretaciones en los contextos de poder y privilegio. Por razones obvias, ninguna de las referencias bíblicas son paralelos exactos a las prácticas de reubicación o mudanza de CCD. Sin embargo, algunos de los mismos principios seleccionados de estos pasajes están muy relacionados con los conceptos de justicia y compasión que son similares a las prácticas de reubicación o mudanza de CCD.
Nosotros encontramos ejemplos de reubicación o mudanza en el Antiguo y Nuevo Testamentos. En términos teológicos, el principio de reubicación o mudanza tiene sus raíces en la encarnación y algunas veces se le conoce como teología de la presencia o lugar.
La reubicación o mudanza, está basada en la idea de que todos los que sienten que Dios los ha llamado para trabajar por la justicia y la compasión deberían considerar que la forma más simple y auténtica es involucrarse en un lugar específico y quedarse allí, regresar, o reubicarse en dicho lugar para estar con la comunidad y ser buen vecino. Al hacerlo, tú estás esencialmente obedeciendo el mandato de Dios “ama a tu prójimo como a ti mismo”, imitando la forma en que Jesús mismo se convirtió en Dios por nosotros—al mudarse del cielo a la tierra.
Esto parece ser “un tema claramente repetitivo en las escrituras, ya que Dios desea estar presente en sus hijos. CCDA anima a la reubicación o mudanza para practicar la teología de la presencia”. (Gordon y Perkins 2013, 47). Tal vez, lo que no queda claro es cómo nosotros, como seguidores de Jesús aplicamos el principio teológico en nuestro propio contexto sin cargar con el complejo de salvador. Nosotros necesitamos aprender a ser presentados en formas que reconozcamos y rompamos estructuras de poder de cualquier clase, incluyendo nuestra propia tendencia de transformar a otra persona o pensar “nosotros sabemos más”.
Por favor lee y reflexiona sobre los pasajes de la Escritura y responde a las siguientes preguntas.
Nehemías 2:1-10
Juan 1:1-18
Hebreos 4:14-16
2 Corintios 8:1-15
Filipenses 2:6-11
A partir de estas referencias bíblicas, podemos apreciar que vivir en cercana proximidad con todos aquéllos con quienes realizamos nuestro ministerio, es el mejor camino. En su libro, “Where the Cross Meets the Streets (2015), Noel Castellanos, miembro de CCDA, pide a los lectores considerar lo siguiente: ¿Pueden imaginarse qué hubiera pasado si Dios hubiese tenido un acercamiento más seguro y menos doloroso para traernos la salvación? ¿Pueden imaginarse qué hubiera pasado si Dios hubiese tenido que trasladarse o mudarse del cielo a Nazaret a diario, en lugar de estar totalmente presente en cada situación de la vida cotidiana de su familia y sus vecinos? Noel, en su propia vida y ministerio, se dio cuenta que la proximidad hizo una gran diferencia en la palabra de Jesús y, ésta sería la clave para establecer una presencia auténtica entre sus vecinos (Castellanos, 2015, 82).
Es importante mencionar que algunos críticos argumentan que uno de los dilemas que tiene CCD, es cuando fundamenta la práctica de reubicación o mudanza con la doctrina de la encarnación de Jesús, puesto que no hay paralelo lógico y directo, ya que la encarnación es un concepto teológico por naturaleza, mientras que la práctica de reubicación y mudanza es un concepto sociológico. (Philosophical Dilemmas with Christian Community Development,
parte 3).
En un blog se publicó que hay ciertos conflictos cuando CCD iguala la práctica de reubicación o mudanza con la doctrina de la encarnación de Jesús. M.D. Finley argumenta que eso no fue una estrategia social deliberada de Jesús, el hecho de reubicarse o mudarse al convertirse en uno de nosotros y con ello, evitar trasladarse diariamente del cielo a la tierra. Más bien, (de acuerdo con la doctrina Cristiana Protestante), Jesús tuvo que compartir la misma naturaleza humana para realizar su obra de propiciación o perdón de los pecados. Por el solo hecho de que Él estuvo presente en tiempo y espacio con la humanidad, Su encarnación es una consecuencia lógica y no al contrario. De tal manera que, esto no significa necesariamente que nosotros seremos más efectivos simplemente porque vivimos en una comunidad que trabaja por la justicia y la restauración de un lugar en particular. Dicho acercamiento podrá ser percibido como paternalista y condescendiente por los residentes del barrio, los cuales involuntariamente nos podrán percibir como si tuviéramos mentalidad de Salvador, o como si sufriéramos una especie de complejo mesiánico (Philosphical Dilemmas with Christian Community Development, parte 3).
Otros en cambio, argumentan que la encarnación es útil y lógica para empezar a construir una teología de la presencia y lugar que nos conduzca a una práctica efectiva. Así como Jesús rompió las barreras de diferencia y desintegración de confianza entre nosotros y Dios al convertirse en uno de nosotros, nosotros también podemos romper las barreras de diferencia y desintegración de confianza entre Dios y los seres humanos, cuando el Verbo se convierte en carne en nosotros es, “cuando ejecutamos o ponemos en marcha las tareas que nos fueron dadas con aquellos con quienes vivimos y en las esferas de influencia en las cuales nosotros operamos” (David-Hunter 2010, 252).
En la siguiente lección verás el segmento de un video de reubicación o mudanza desde la perspectiva de un experto practicante. Antes de continuar, por favor ayúdanos a evaluarte respondiendo a las siguientes afirmaciones y preguntas en el espacio en blanco.